jueves, 15 de mayo de 2008

MUJER


Aunque el artículo es muy feminista y publicado en los diarios El Excelsior y el Mundo esto lo escribió un hombre!!! está bastante interesante. Disfrútenlo amigas.


Si tuviera una vagina y tuviera una cita con 'el hombre de mi vida' (forma muy común de etiquetar al sujeto del encuentro), tendría por ley que hacerme las dos preguntas fundamentales que me definirían como mujer... En primer lugar, tendría que mirarme largo y tendido en el espejo y afirmar: ¡estoy gorda!, y acto seguido abrir las puertas del closet y preguntarme: ¿qué me pongo? Esa noche, él hablaría de temas variados, fingiría estar interesado en conocerme mejor y en su mente rondaría el único objetivo de penetrar mi vagina. Yo tendría que imaginarme teniendo sus hijos y envejeciendo románticamente a su lado. Luego haríamos el 'amor' o, al menos, eso tendría yo que creer. Finalizado el acto, y aunque la cosa dure escasos 13 minutos, y tenga que fingir el orgasmo, tendría que hacerle la segunda de las preguntas: ¿papi, tú me quieres? Él respondería con un monosílabo indescifrable, y yo pasaría la noche en vela convenciéndome de que no soy una 'perra'.


Al día siguiente esperaría ansiosa su llamada, y esperaría, y esperaría. Él nunca llamaría y yo comenzaría a desarrollar ese resentimiento crónico contra el hombre que unifica a toda fémina arrecha (disgustada). Empezaría a crearme expectativas imposibles y cada día sería más y más difícil dar con nuevos 'hombres de mi vida' hasta envejecer conspirando eternamente con otras mujeres arrechas... y solas.


Y es que detrás de esas terribles preguntas aparentemente frívolas esta todo:'Estoy gorda' no sirvo, no doy la talla, no soy lo suficientemente buena para merecer ser amada... '¿Qué me pongo?' Qué hago para que me quieran, De qué me disfrazo para que me acepte, Cómo lo convenzo de que puedo hacerlo feliz... '¿Papi, tú me quieres?' Me valoras?, Te das cuenta de lo extraordinaria que soy?, Puedes apreciar las virtudes que yo misma ignoro?, Quiéreme por el amor de Dios!!! , aunque yo me deteste... Interrogantes que dan pie a consideraciones demasiado profundas y dolorosas para ser comprendidas en toda su dimensión por la mente básica de un macho.


De modo que, si en verdad un día amaneciera y tuviera una vagina, y además tuviera la bendita cita (que ya no sería con el hombre de la vida de nadie, sino con un carajo al que me provocó dársela... Me miraría en el espejo y, pasara lo que pasara, me vería estupenda. Comenzaría por valorarme yo y no perdería el tiempo tratando de complacer tanto a terceros. Me pondría lo primero que encontrara en el closet y saldría a la calle sintiéndome divina y bien buena. Con él hablaría de fútbol, de cine y un poco de moda. No haríamos el amor, pero 'tiraríamos' rico. Por supuesto no le preguntaría si me quiere porque, vamos a sincerarnos, yo a él tampoco lo quiero. Le pediría, eso sí, que no me llamara, que en todo caso yo lo 'contactaría'. Al día siguiente habría olvidado su cara, su nombre y su mediocridad, continuaría mis días sin tener ni la más remota necesidad de 'realizarme' como mujer, de casarme, de formar un hogar, del nefasto 'para toda la vida' y todas esas zoquetadas sociales.En fin, si tuviera una vagina...

¡SERIA UNA MUJER QUE ME AMARIA YO MISMA SIN ESPERAR NADA DE NINGUN HOMBRE, QUE ME IMPORTARA UN PITO SI PIENSAN QUE SOY PUTA O NO... TOTAL VIVIRIA MI VIDA COMO MEJOR ME PAREZCA . TOTAL LA VIDA ES UN MOMENTO Y PARA CUANDO ACUERDAD SE TE VA EN PENDEJADAS... PENSANDO EN CUANDO LLEGARA EL ' HOMBRE DE TU VIDA'... ! Luis Fernández


En verdad este artículo pone a pensar a cualquier mujer. Nos pasamos la vida complicandonos cualquier situación por pequeña que esta sea y tratando de complacer a terceros. Desgraciadamente aún existe esa basura mental que nos inculcan desde que nacemos; nos enseñan que si no cumplimos con ciertos estereotipos de nuestro genero NO SOMOS MUJERES COMPLETAS.

Yo me pregunto, ¿acaso nacimos pegados a alguien más y, misteriosamente, fuimos separados? tal vez si así fuera tendría sentido la busqueda de "la otra mitad". Pero, como NO es así, resulta una molesta carga vivir de acuerdo a las expectativas de otros. En lo personal, me choca cuando una mujer de más de 30 años, soltera, sin hijos, independiente es catalogada por sus semejantes (incluyendo su familia) como SOLTERONA, y vista con lástima por todas aquellas que "se han realizado como mujeres" gracias al matrimonio y a los hijos.

Todo aquello que se sale de las reglas, que es diferente, tiende a asustar al ser humano. Los cambios son vistos como algo que hay que enfrentar con mucho cuidado (o de preferencia no enfrentar), son lo desconocido. Creo que, actualmente, la mujer que decide vivir su vida sola no es alguien indefenso, ni se le debe tener lastima. Es alguien lo suficientemente responsable para hacerse cargo de sí misma, de no sentir la necesidad de que llegue el principe azul en su caballo blanco a rescatarla, alguien que sabe lo que vale por el solo hecho de haber nacido.


El ser humano es el único animal capaz de sentir autocompasión. Un tigre puede morir bajo las lanzas de los cazadores, pero en ningún momento sentirá autocompasión... peleará por sí mismo hasta el final.


Ya basta de sentirnos fracasados por no cumplir con expectativas ajenas, la vida ya es lo bastante difícil como para sentir autocompasíon. Cada decisión que tomamos es nuestra y hay que afrontar las consecuencias, sin importar cuales sean. Es hora de ser libres... es hora de ser nosotras mismas.

1 comentario:

Musa dijo...

oye chica, de verdad está muy interesante tublog, tienes algún correo? pareces ser ineresante ;)